Llellei
31/10/13, 10:07
Articulo publicado por tiempo de relojes.
33141
La ‘grandeur’ del Siglo de las Luces con soluciones contemporáneas. El orgulloso taller de David Zanetta y Denis Flageollet (un mecenas y un artista) en L’Auberson defiende la relojería como búsqueda intelectual
33128
Uno mira el modelo DB 25, con su futurismo oldschool, e imagina que podría haber sido perfectamente el reloj de Julio Verne para De la Tierra a la Luna. Justo el tipo de conexiones que estimulan la imaginación en la pequeña comuna de 50 relojeros que es De Bethune, en L’Auberson, un reducto apartado, en el Jura suizo, de los círculos habituales de la relojería.
CONJUNCION FUNDACIONAL
33129 33130
El italiano David Zanetta, un gentilhombre cultivado, coleccionista de arte, amante de la historia y de los objetos bellos, ya organizaba subastas de relojes en los años 80, antes de que existiera incluso Antiquorum. Dicen de él que le basta con una mirada rápida para decidir si un reloj agrega valor de acuerdo con su vasta erudición.
Denis Flageollet, francés, apasionado de la vela, hijo, nieto y bisnieto de relojero, se forjó en la academia clásica de restauración, como FP Journe o Michel Parmigiani. El viaje obligado a las fuentes del conocimiento antes de indagar en las vertientes del futuro.
En 2002 los dos se unieron para formar De Bethune, un pequeño atelier orgulloso e hipercreativo de relojes crepusculares en el que se mezclan los procesos tradicionales, como el azulado artesanal de los metales a la flama, las soluciones atrevidas como los balances diminutos de silicio y platino con volante y espiral de nuevo cuño, la debilidad por los pulidos tipo espejo o la tridimensionalidad casi táctil de los volúmenes bajo el cristal.
Los resultados hablan por sí solos: una clara apuesta por la relojería de corte elitista y reflexiva que ha aportado buenos frutos en tiempo récord: 11 calibres propios, 9 patentes y 15 premier mundiales en su primera década de vida, además de la máxima distinción, la Aiguille d’Or, en el Grand Prix d’Horlogerie de Genève 2011.
El recorrido a la esencia De Bethune lo guía Pierre Jacques, un veterano agitador de la creación de las horas que desde hace dos años lidera como CEO la tarea de que un número mayor de conocedores descubra lo que se cuece (literal) en este pequeño laboratorio de I+D.
TRADICION DE VANGUARDIA
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Para entender por qué una firma que ha sido pionera en el uso de los posmateriales como el silicio, en la alta frecuencia (en 2006 presentó su escape a 72.000 vph), que adoptó el titanio en el interior de los movimientos antes de que fuera tendencia, que ha patentado el tourbillon más ligero
(0,18 grs) y veloz del mercado (36.000 alt/h) y que sigue horneando las agujas y sus lunas esféricas al fuego, como en el siglo XVIII, bajamos al sótano del edificio.
Una operaria coloca las diminutas esferas de acero fulgente, una a una, sobre arena y les aplica la
flama bajo el metal en un ritual cadencioso, como de cabinotier. En menos de un minuto el protosatélite de fases lunares ha pasado del gris metálico al amarillo, al violeta, para terminar finalmente azulado. El tipo de magia que adora un purista como Zanetta en busca de una nueva estética para las viejas maneras.
Le preguntamos a Pierre Jacques la razón de los brillos en el acabado de las superficies que distingue a las creaciones De Bethune en plena época del uso de los metales crudos como expresión de la relojería más expresiva.
“A David Zanetta siempre le preocupa mucho el reflejo de la luz en los objetos. Si se fija en nuestras Côtes de Bethune (acanalados verticales de las platinas a vista) la luz converge en el centro en lugar de fugarse, como en las Côtes de Genève. Es el tipo de inquietudes que se tienen aquí”.
Alguien nos explica que es un proceso laborioso pues cada ola hay que pulirla en un sentido distinto para lograr ese efecto. Doble trabajo, claro. En los diferentes habitáculos de trabajo impera el ambiente de una manufactura clásica donde la vanguardia ha calado más en las soluciones que en los procesos técnicos.
Dream Watch IV
33132
El Dream Watch IV es un protector de i-Phone 4 de titanio grado 5 con satinado espejo que lleva un reloj integrado que puede alternarse también con el pulso o el bolsillo. De esta pieza desconcertante se han realizado sólo 12 unidades a un precio de 150.000 $. El módulo, con un ingenioso sistema de dar la hora por aguja-espina y dos ventanillas periféricas para las horas y los minutos digitales, muestra la constelación de un cielo azul salpicado de estrellas de oro blanco y diamantes, “según el cielo que se ve en L’Auberson el día que se fabrica”, nos explica el encargado de perforar las carátulas de titanio azul.
VIAS DE EXPRESIÓN
33133
Gestos de suprema distinción, como las agujas esqueletadas curvadas de acero flameado de forma original, el órgano regulador con triple sistema antigolpes, las coronas a la 12 en sus variantes más futuristas (un guiño al estilo Lepine), los cuernos laterales flotantes que basculan según el movimiento del brazo o los seis días de reserva de marcha como autonomía de referencia de la mayoría de sus relojes.
Diez años han sobrado para forjar una mirada erudita y muy particular de entender la expresión del tiempo con un número creciente de seguidores entre los que abundan compradores ya de regreso de las marcas clásicas que buscan refugios de exclusividad en este tipo de creaciones disfrutando un objeto bello en el presente y confiando que la lógica, como en el arte, acabe haciendo justicia en las cotizaciones a los pequeños atelier con identidad propia.
INFRAMUNDO ELEVADO
33134
En el catálogo de De Bethune habitan desde lo caprichos místicos como el The Ninth Mayan Underword (no conviene etiquetarlo de oportunista hasta no tener la pieza en las manos) un dos agujas de zafiro con medallón de oro grabado con los nueve escalones de la pirámide cósmica de los mayas, la simpleza medular de la colección DB 25, la más exitosa de sus propuestas, con sus asas huecas fijas y abundancia de contornos curvados en el rostro de las funciones, hasta los afilados DB28 con el movimiento invertido para exhibir la desnudez minimal de su rueda de balance de silicio-platino y una platina en forma de silex-ala delta que habla de una mecánica en complicidad con la estética en busca de la ascesis.
ACUSTICA DE FUTURO
33135
En los logros de De Bethune hay argumentos también en el sistema de absorción de golpes en los rotores o una solución para el afinado cronométrico desde el exterior del reloj (la primera innovación mundial de la casa). Pero sus experimentos recientes se centran en la resonancia acústica como sistema de regulación alternativo, isócrono.
Se basa en aplicar los fundamentos de la vibración del sonido para sincronizar un oscilador de frecuencia y un escape con rotor magnético. El tipo de ideas que surgen en esta comuna.
LINEA DE TIEMPO
33136
35.000
Es el número de componentes propios creados durante 10 años para los 11 calibres desarrollados in-house.
33137
350 relojes en 2012
El premio de la ‘Aiguille d’Or’ en Ginebra ha incrementado los pedidos 30% para este año.
33138
680°C x 2 min
Es la temperatura en grados y el tiempo que se requiere para azular al fuego un componente de De Bethune.
33140
0,18 gramos
Es el peso de las 42 micropartes que agitan el tourbillon de De Bethune hasta las 36.000 alt/h. El más rápido
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La ‘grandeur’ del Siglo de las Luces con soluciones contemporáneas. El orgulloso taller de David Zanetta y Denis Flageollet (un mecenas y un artista) en L’Auberson defiende la relojería como búsqueda intelectual
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Uno mira el modelo DB 25, con su futurismo oldschool, e imagina que podría haber sido perfectamente el reloj de Julio Verne para De la Tierra a la Luna. Justo el tipo de conexiones que estimulan la imaginación en la pequeña comuna de 50 relojeros que es De Bethune, en L’Auberson, un reducto apartado, en el Jura suizo, de los círculos habituales de la relojería.
CONJUNCION FUNDACIONAL
33129 33130
El italiano David Zanetta, un gentilhombre cultivado, coleccionista de arte, amante de la historia y de los objetos bellos, ya organizaba subastas de relojes en los años 80, antes de que existiera incluso Antiquorum. Dicen de él que le basta con una mirada rápida para decidir si un reloj agrega valor de acuerdo con su vasta erudición.
Denis Flageollet, francés, apasionado de la vela, hijo, nieto y bisnieto de relojero, se forjó en la academia clásica de restauración, como FP Journe o Michel Parmigiani. El viaje obligado a las fuentes del conocimiento antes de indagar en las vertientes del futuro.
En 2002 los dos se unieron para formar De Bethune, un pequeño atelier orgulloso e hipercreativo de relojes crepusculares en el que se mezclan los procesos tradicionales, como el azulado artesanal de los metales a la flama, las soluciones atrevidas como los balances diminutos de silicio y platino con volante y espiral de nuevo cuño, la debilidad por los pulidos tipo espejo o la tridimensionalidad casi táctil de los volúmenes bajo el cristal.
Los resultados hablan por sí solos: una clara apuesta por la relojería de corte elitista y reflexiva que ha aportado buenos frutos en tiempo récord: 11 calibres propios, 9 patentes y 15 premier mundiales en su primera década de vida, además de la máxima distinción, la Aiguille d’Or, en el Grand Prix d’Horlogerie de Genève 2011.
El recorrido a la esencia De Bethune lo guía Pierre Jacques, un veterano agitador de la creación de las horas que desde hace dos años lidera como CEO la tarea de que un número mayor de conocedores descubra lo que se cuece (literal) en este pequeño laboratorio de I+D.
TRADICION DE VANGUARDIA
33131
Para entender por qué una firma que ha sido pionera en el uso de los posmateriales como el silicio, en la alta frecuencia (en 2006 presentó su escape a 72.000 vph), que adoptó el titanio en el interior de los movimientos antes de que fuera tendencia, que ha patentado el tourbillon más ligero
(0,18 grs) y veloz del mercado (36.000 alt/h) y que sigue horneando las agujas y sus lunas esféricas al fuego, como en el siglo XVIII, bajamos al sótano del edificio.
Una operaria coloca las diminutas esferas de acero fulgente, una a una, sobre arena y les aplica la
flama bajo el metal en un ritual cadencioso, como de cabinotier. En menos de un minuto el protosatélite de fases lunares ha pasado del gris metálico al amarillo, al violeta, para terminar finalmente azulado. El tipo de magia que adora un purista como Zanetta en busca de una nueva estética para las viejas maneras.
Le preguntamos a Pierre Jacques la razón de los brillos en el acabado de las superficies que distingue a las creaciones De Bethune en plena época del uso de los metales crudos como expresión de la relojería más expresiva.
“A David Zanetta siempre le preocupa mucho el reflejo de la luz en los objetos. Si se fija en nuestras Côtes de Bethune (acanalados verticales de las platinas a vista) la luz converge en el centro en lugar de fugarse, como en las Côtes de Genève. Es el tipo de inquietudes que se tienen aquí”.
Alguien nos explica que es un proceso laborioso pues cada ola hay que pulirla en un sentido distinto para lograr ese efecto. Doble trabajo, claro. En los diferentes habitáculos de trabajo impera el ambiente de una manufactura clásica donde la vanguardia ha calado más en las soluciones que en los procesos técnicos.
Dream Watch IV
33132
El Dream Watch IV es un protector de i-Phone 4 de titanio grado 5 con satinado espejo que lleva un reloj integrado que puede alternarse también con el pulso o el bolsillo. De esta pieza desconcertante se han realizado sólo 12 unidades a un precio de 150.000 $. El módulo, con un ingenioso sistema de dar la hora por aguja-espina y dos ventanillas periféricas para las horas y los minutos digitales, muestra la constelación de un cielo azul salpicado de estrellas de oro blanco y diamantes, “según el cielo que se ve en L’Auberson el día que se fabrica”, nos explica el encargado de perforar las carátulas de titanio azul.
VIAS DE EXPRESIÓN
33133
Gestos de suprema distinción, como las agujas esqueletadas curvadas de acero flameado de forma original, el órgano regulador con triple sistema antigolpes, las coronas a la 12 en sus variantes más futuristas (un guiño al estilo Lepine), los cuernos laterales flotantes que basculan según el movimiento del brazo o los seis días de reserva de marcha como autonomía de referencia de la mayoría de sus relojes.
Diez años han sobrado para forjar una mirada erudita y muy particular de entender la expresión del tiempo con un número creciente de seguidores entre los que abundan compradores ya de regreso de las marcas clásicas que buscan refugios de exclusividad en este tipo de creaciones disfrutando un objeto bello en el presente y confiando que la lógica, como en el arte, acabe haciendo justicia en las cotizaciones a los pequeños atelier con identidad propia.
INFRAMUNDO ELEVADO
33134
En el catálogo de De Bethune habitan desde lo caprichos místicos como el The Ninth Mayan Underword (no conviene etiquetarlo de oportunista hasta no tener la pieza en las manos) un dos agujas de zafiro con medallón de oro grabado con los nueve escalones de la pirámide cósmica de los mayas, la simpleza medular de la colección DB 25, la más exitosa de sus propuestas, con sus asas huecas fijas y abundancia de contornos curvados en el rostro de las funciones, hasta los afilados DB28 con el movimiento invertido para exhibir la desnudez minimal de su rueda de balance de silicio-platino y una platina en forma de silex-ala delta que habla de una mecánica en complicidad con la estética en busca de la ascesis.
ACUSTICA DE FUTURO
33135
En los logros de De Bethune hay argumentos también en el sistema de absorción de golpes en los rotores o una solución para el afinado cronométrico desde el exterior del reloj (la primera innovación mundial de la casa). Pero sus experimentos recientes se centran en la resonancia acústica como sistema de regulación alternativo, isócrono.
Se basa en aplicar los fundamentos de la vibración del sonido para sincronizar un oscilador de frecuencia y un escape con rotor magnético. El tipo de ideas que surgen en esta comuna.
LINEA DE TIEMPO
33136
35.000
Es el número de componentes propios creados durante 10 años para los 11 calibres desarrollados in-house.
33137
350 relojes en 2012
El premio de la ‘Aiguille d’Or’ en Ginebra ha incrementado los pedidos 30% para este año.
33138
680°C x 2 min
Es la temperatura en grados y el tiempo que se requiere para azular al fuego un componente de De Bethune.
33140
0,18 gramos
Es el peso de las 42 micropartes que agitan el tourbillon de De Bethune hasta las 36.000 alt/h. El más rápido