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Ver la Versión Completa : Novedad ¿Por qué están desapareciendo los reparadores de relojes?



davozs
21/10/14, 17:05
Interesante entrevista a un gran relojero sevillano:

http://sevilla.abc.es/sevilla/20141021/sevi-estan-desapareciendo-reparadores-relojes-201410211451.html

La reproduzco a continuación:


En Sevilla había hace décadas cientos de repadores de relojes que trabajaban en los más variopintos lugares: desde zaguanes a huecos de escaleras. Con el tiempo, la profesión decayó y apenas quedan 20 relojeros en toda la provincia en talleres propios. ¿Qué ha pasado para que esta profesión esté al borde de la extinción? Los relojes de usar y tirar están detrás de parte de la debacle de esta profesión. Otra razón es que las grandes marcas dejaron de suministrar repuestos a los relojeros, lo que obligaba a los consumidores a acudir a los servicios oficiales de esas casas, mucho más caros, según fuentes consultadas por ABC. Ahora, el colectivo ha logrado que las grandes marcas confíen en ellos y consideren «relojeros reparadores autorizados» a aquellos que adapten sus locales y cumplan ciertos requisitos.
¿Por qué las casas oficiales dejaron de suministrar repuestos a los relojeros? Algunas fuentes admiten que las chapuzas de algunos relojeros provocaron numerosas quejas de clientes no satisfechos con las reparaciones de piezas de alta gama, lo que llevó a las grandes marcas a dejar de suministrar a los talleres coronas o juntas de goma, entre otros repuestos. «Pagamos justos por pecadores», se lamentan algunos relojeros. Eso provocó una reducción importante de la carga de trabajo de estos talleres, lo que unido a la moda de los relojes de usar y tirar, dejaron a la profesión al borde de la extinción.
Para José Manuel Tirado Ortega, relojero durante 45 años. hijo de relojero y padre de relojero, «es una pena que esta profesión esté al borde de la extinción y que la juventud no se anime a entrar en ella. Si nos descuidamos, esta profesión desaparecerá. Para evitarlo, hace tres años creamos la Asociación Nacional de Profesionales Relojeros Reparadores». Ahora, más de treinta profesionales de España se reunirán el día 24 de octubre en Bollullos de la Mitación (Sevilla), donde tendrá lugar el III Congreso Nacional de Relojeros.
«Los relojeros que quedamos estamos en la obligación de adaptar nuestros talleres a las exigencias de las casas oficiales. Hemos trabajado con ellos y logrado que visiten nuestros talleres. Si consideran que pasamos unos estándares pasamos a ser relojeros autorizados por ellos. Con todo ello se evita que haya chapuzas a la la hora de arreglar un Omega, un Rolex o un Cartier», señala Tirado Ortega.
Los relojeros tienen que realizar ahora importantes inversiones en maquinaria y utillaje



Los talleres de relojeros han pasado de estar en zaguanes a ocupar talleres que al menos tienen que tener 100 metros cuadrados si quieren cumplir las exigencias de las casas oficiales. «Nuestros bancos de trabajo han de estar separados para evitar, por ejemplo, que pulidora pueda ensuciar la maquinaria de un reloj en reparación. Todo ello nos obliga ahacer inversiones importantes en maquinaria y utillaje, como son los aparatos para comprobar la estanqueidad de los relojes. Por ejemplo, una pinza cuesta 200 euros y una lavadora de piezas de relojes puede costar hasta 12.000 euros».
«Los talleres de relojería que quieran trabajar con las casas oficiales no tienen nada que ver con los antiguos. Sin ir más lejos, mi padre tenía un local que no llegaba a 40 metros. Mi taller hoy tiene 180 metros cuadrados», cuenta Tirado Ortega, quien no sólo se dedica a la reparación, sino que ha continuada con la tradición de su padre de especializarse en la restauración integral de relojes antiguos de pared y pulseras.
¿Hay un censo de relojeros en España? En estos momentos no, aunque Tirado considera que sería necesario. «Ahora muchos dicen que son relojeros pero lo único que hacen es cambiar pilas», matiza. «Yo aprendí con relojeros antiguos y con mi padre. Después me arrimé a las grandes casas e hice cursos en casas como Rolex, Omega o Eterna. Los relojeros de hoy en día -dice- tienen que tener una formación mínima si quieren manipular relojes de varios miles de euros». En España sólo hay una escuela de relojeros que imparte clases y otorga títulos. «Se trata de la Escuela de la Merced y está en Barcelona», puntualiza este relojero, cuyo hijo Carlos, de 25 años, ya trabaja con él en el taller de reparación.

pepeliza
21/10/14, 18:44
Por fin un artículo periodístico escrito con rigor... ¡cuantas barbaridades hemos tenido que leer en los periódicos sobre relojería!
Esperemos que cunda el ejemplo.
Gracias, Antonio, por transcribirlo.

Napalhorn
21/10/14, 19:47
Gran aporte, y muy aclarador. Ojalá lo que desaparezcan sean los cambiapilas.


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Pipirrana
22/10/14, 17:49
Siempre es bueno que haya grandes profesionales como alternativa; la verdadera pena es que la relojería no sea una disciplina más extendida, pues muchos de nosotros seríamos - a buen seguro - candidatos a aprender tan maravillosa profesión.
Pero, por desgracia, escasean las escuelas de relojeros; sólo existen en grandes ciudades.
A mí me habría encantado aprender esta profesión; pero a medida que me voy haciendo viejo - mi pulso y mi vista no son lo que eran - me doy cuenta de que jamás podré satisfacer esa asignatura pendiente.
En fin, al menos, que no falten los grandes maestros.

relojero_principiante
23/10/14, 00:37
Gracias Davoz por publicar este interesantísimo artículo.
Mi opinión no difiere mucho de lo que se contempla en este artículo.
Antiguamente en el boom de la relojería en que el trabajo sobraba los buenos relojeros estaban siempre "afiliados" a alguna marca y el resto del trabajo de estos profesionales se llevaban el trabajo que estos no querían hacer. De un tiempo a esta parte desde el "Crack" de la relojería suiza, el trabajo en relojería a disminuido y ha ocurrido un proceso de profesionalización, en el que quien no ha conseguido adaptarse a las nuevas circunstancias del mercado ha tenido que cerrar ya que su clientela ha mermado y las exigencias de la calidad del trabajo ha subido.