Ha muerto Alejandro Robaina, el rey del habano.
http://rastreadordenoticias.com/wp-c...aina_thumb.jpgAlejandro Robaina: leyenda del tabaco cubano
El más famoso cosechero de tabaco en Cuba, Alejandro Robaina, fallecido hoy a los 91 años de edad, era el único cubano vivo que daba nombre a una marca de puros.
Nacido el 20 de marzo de 1919, en Alquízar, en las cercanías de La Habana, se trasladó con su familia muy pequeño a la vecina provincia de Pinar del Río, donde desde los 12 años se dedicó al cultivo del tabaco junto a su padre, quien le transmitió los secretos de esa compleja labor.
En su finca cercana al pueblo de San Luis, en la región tabaquera de Vuelta Abajo, cerca de la occidental ciudad de Pinar del Río, a unos 160 kilómetros al oeste de La Habana, Robaina sembraba en cada cosecha 200.000 posturas y de las que obtenía más del 60 por ciento de capas.
Capa es la denominación que recibe la envoltura del puro, obtenido del proceso de secado y curado de la hoja del tabaco, cuya plantación se realiza a fines de septiembre y se recoge, hoja por hoja, tres meses después para llevarlas a las casa de secado.
En las casas del secado las hojas son colgadas entre dos y tres meses, tras lo que fermentan y son enviadas a La Habana para la fabricación de los puros, de ahí su nombre.
El secreto de Robaina radicaba en “tener una buena tierra y mimarla, pues cuando se termina la zafra (cosecha), ni a los animales dejamos entrar a la vega”, afirmó Robaina a la prensa hace unos meses.
Desde 1997, el veguero puso su nombre a una de las marcas de habanos del tipo Premium, que son los torcidos a mano, y desde ese momento su nombre cobró notoriedad internacional y su casa se convirtió en obligada visita para los famosos.
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La vivienda pasó ser un hervidero de gente de las más disímiles procedencias, donde podía aparecer desde un príncipe saudita hasta figuras como un Premio Nobel de Literatura, en el caso del colombiano Gabriel García Márquez, o actores como el francés Gerard Depardieu.
Políticos y hombres de negocios también eran tan habituales en la vieja casona como los vegueros que llegaban a pedir un consejo o a intercambiar sobre la cosecha, a pesar de que en los últimos años, su nieto Hiroshi asumió la administración de las plantaciones.
El libro de visitas es mudo testigo del respeto reverencial por Robaina, uno de cuyos huéspedes, Ricardo Aramburu, director de una casa comercializadora de tabacos en Irun, España, escribió: “Para los católicos hay un Papa, para nosotros, los fumadores de puros, hay un Don Alejandro”.
Cordial y espontáneo, el campesino atendía a todos los que llegaban a la finca y casi siempre, mientras las fuerzas y la salud se lo permitieron, los acompañaba a recorrer la vega.
Hombre de conversación fácil, comunicador por excelencia, Robaina visitó numerosos países como Embajador del Habano por la Corporación Internacional Habanos S.A.
En Alemania fue invitado al Parlamento, oportunidad en que le regaló una caja de habanos al entonces canciller Gerhard Schröder, quien personalmente le agradeció el gesto.
Más conocido es su encuentro con el Rey Juan Carlos de España, durante el cual el músico inglés Sting le pidió un autógrafo al simple veguero, quien con fino sentido del humor siempre proclamó ser millonario, “porque tengo un millón de amigos”.
Dedicado a la siembra del tabaco casi desde que nació, con esfuerzo, trabajo y sacrificio, logró sin proponérselo que los habanos Vegas Robaina sean hoy los preferidos de famosos de todo el mundo como el actor Steven Seagal o el ex corredor de Fórmula uno, Nikki Lauda.
