Acaba de regresar mi hijo de un viaje en TGV, concretamente un trayecto entre Montpelier y París, con la desagradable sorpresa de que su Seiko 007 que le regalé recientemente, ha venido pitando como una cafetera, adelantando 30 minutos diarios.

Intuyo que ha sido por la larga exposición a fuertes campos magnéticos, lo que a terminado afectando la sensibilidad de la preciada criatura.

Pablo me ha preguntado cómo se puede solucionar y no he sabido que decirle. Así que me he puesto manos a la obra, a comentaros el tema y esperar vuestros sabios consejos.

Saludetes