Tengo ya escrito, incluso reiteradamente escrito, lo difícil que resulta encontrar los elementos necesarios para ensamblar relojes de pulsera a partir de relojes de bolsillo. Una de las principales dificultades es encontrar cajas adecuadas.

Para alojar el enorme caibre Tissot 38.2 sólo encontré una caja con PVD en oro rosa. Ya se que lo dorado no goza de especial reputación, pero ante la poca disponibilidad opté por ella, ya que además armoniza con la esfera crema y los números, agujas e índices dorados.


Visto por detrás también es bonito, a pesar de que la caja no permite apreciar en su totalidad el calibre, pero si lo más relevante. Don Luís, desde Argentina, me identificó esta maquinaria, que Tissot montaba en sus relojes con distintos diámetros y configuración de puentes entre 1.932 y 1.960


Cuando digo que se trata de un relojazo lo digo también por su tamaño, no apto para muñecas enclenques,...


Conservar la esfera original es siempre la mejor opción en los procesos de ensamblaje, en este caso, como el calibre ya obligaba a una gran caja no he tenido dudas


Avestruz en marrón claro. Una correa en piel noble, alomada y gruesa,…


Abrochada también con un cierre con PVD de oro rosa...


Tal vez llame demasiado la atención para llevarlo muy a menudo, es un reloj para ciertas ocasiones…