Es que ya sabía yo que no te ibas a poder resistir, de ahí lo de "tente":
En esto oyeron un gran ruido en el aposento, y que Don Quijote decía a voces: Tente ladrón malandrín, follón, que aquí te tengo y no te ha de valer tu cimitarra.
(El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, Capítulo trigésimo quinto, que trata de la brava y descomunal batalla que Don Quijote tuvo con cueros de vino, y se da fin a la novela del curioso impertinente)