Si yo me como dos jamones y mi interlocutor ninguno, la estadística diría que nos hemos hartado de jamón los dos dando por buena la media de uno por cabeza. Con esto quiero decir que la estadística es la ciencia del engaño. Mas allá de la certeza de estos datos, los cuales no pongo en duda, aunque si la imparcialidad del periodista y del periódico en sí, creo que la ciencia del engaño de este articulo viene dado por la falta de otros datos así como la falta de rigor en las consideraciones que hace. La única verdad de este artículo es que el nacionalismo independentista del pueblo catalán, a estas alturas de siglo, está motivado básicamente por dinero.
Se jacta de hablar de la balanza fiscal y como una verdad a medias es una mentira este señor simple y llanamente miente. Miente porque no habla de la balanza comercial. La balanza comercial es el verdadero medidor y motor de la economía de un país y esta sigue estando muy a favor de Catalunya. El 70 por ciento del excedente de producción catalana se va hacia el resto de España. Recordar que el resto de España es el primer cliente de Catalunya no estaría mal. Tan solo Aragón compra productos o servicios a Catalunya como toda Francia. Cualquier estado de los llamados del primer mundo tiene y mantiene una clara y acertada política redistributiva de la riqueza del país por una sencilla razón, si las regiones ricas no redistribuyen su riqueza sobre las “menos afortunadas” esta no podrán compra los productos y servicios de las más boyantes. Cuentan las crónicas que en una reunión de ministros de economía de la UE, no diré que ministro es el protagonista para no ser acusado de apología pepera, que el ministro de economía francés se quejaba de que a España le daban demasiado dinero para infraestructuras, entre otras para el famoso AVE, a lo que el ministro español de turno le dijo: Cierto es que España está recibiendo más dinero que Francia para que podamos construir el AVE, pero no se le olvide que los trenes se los vamos a comprar a ustedes y al final el dinero que nos dan a nosotros acaba en Francia.
Este señor miente por no decir la verdad absoluta, entre otras porque ninguno conocemos la verdad de la política fiscal española con respecto a las comunidades autónomas. Los conciertos económicos son un verdadero sudoku y al final todos los políticos autonómicos hacen ver a sus electores que le han hincado el diente a las cuentas del estado pero cuando van al ministerio a protestar poco mas menos que les han atracado.
Miente y sigue mintiendo porque la ratio de inversión en infraestructuras no ha de hacerse por habitante sino por kilómetro. Si la intención es falsear la verdad resulta que en los llanos de La Mancha se pueden construir muchísimos kilómetros más de autovía que en Andalucía oriental y parecer que los castellano manchegos están dejados de la mano de Dios en cuanto a infraestructuras si las cuentas se hacen como las hace este señor. La media de coste por kilometro de autovía está en 4 millones de euros y debido a la orografía de Andalucía oriental el coste se dispara hasta 11 millones. ¿Qué hacemos, construimos caminitos de tierra en Andalucía para igualar las cuentas en función de la política fiscal? A eso hay que añadirle la circunstancia que se invierte donde no hay. Dichosos los catalanes que aun siendo su territorio más pequeño que Andalucía hasta hace no muchos años tenía más kilómetros construidos que nosotros y le aseguro que por habitante la diferencia era abismal.
¿Y de las empresas catalanas que operan en el resto de España y tributan por domicilio fiscal en Cataluña? ¿Hablamos de ello? ¿O huelga decir que la riqueza generada en otras comunidades acaba en Catalunya por la política fiscal? Gracias al ahorro de esta España “subvencionada” parte de este se trasfiere a Catalunya.
Nada dice este señor de la nefasta gestión de los políticos catalanes de sus recursos. Mientras TV3 es un pozo sin fondos, como lo son el resto de televisiones autonómicas, las tintas se cargan contra el “enemigo español”. Abrir embajadas por el mundo, que no reportan nada a la economía catalana, es un gasto inútil del que no se dice nada. Tampoco se dice nada de los millones que ha puesto el estado para que se fabrique el Audi Q3 en Catalunya. Interesa más mirar para otro lado y esa obsesión paranoica de que la culpa de los males catalanes la tiene España es un absurdo porque a España le interesa una Catalunya rica y a Catalunya le interesa una España igualmente rica. Una Catalunya independiente pero dependiente de España es una utopía como otras tantas.
¿Qué pasaría si en el resto de España se hacen políticas de subvenciones al consumo de “productos de proximidad”? A Catalunya realmente no le interesa esta guerra, entre otras cosas porque no la hay y quien se la inventa va muy pero que muy mal encaminado.
En esta feria cada uno la cuenta según le va. Pero nada es una verdad absoluta y todo es relativo. Y cuando se enseña hay que enseñar a dudar de lo que se enseña porque si no caemos en extremismos absurdos que a nadie le conviene. Paradójicamente la renta per cápita catalana era mucho mayor cuando el dictador vivía (con lo que me fastidia a mi hablar del miserable este) y cuando mas descentralizado está el país y más competencias tiene Catalunya resulta que mas agraviada se siente. Esto es una lectura muy simplista de la situación real, tan simplista como la que hace este señor que se hace llamar periodista.