Speedmaster. Por historia (fué el reloj que han usado y usan los astronautas, el que fué a la Luna, etc.), por atemporalidad (lleva prácticamente sin cambios los últimos 40 años, sigue siendo el modelo más representativo de Omega y seguirá tal cual así en el futuro, no pasará de moda nunca), por exclusividad de su movimiento (lleva un Lémania, mientras que la mayoría de relojes de su categoría, o de categorías inferiores llevan un Valjoux 7750 o variantes) y por legibilidad, (a diferencia de la mayoría de cronógrafos, la hora se lee con facilidad y rapidez, cosa que agradecerás dentro de unas décadas).
Eso sí, cógelo con brazalete. No hay tanta diferencia de precio entre el reloj con brazalete y piel (en parte porque la correa original Omega no es barata y en parte porque el cierre deployante Omega vale unos 180 euros), pero si más adelante le quieres poner brazalete, el PVP de éste andaba por los 400 ó 500 euros. Si lo coges con brazalete puedes pedir que te lo pongan con una correa maja (p.e. una Hirsch Professional, que es perfecta para ese reloj y no era muy cara) y una hebilla Omega, que ésta si es barata, andaba por unos 30 euros.