Decir Bulova es mencionar un constante ir y venir,… a finales del XIX Joseph Bulova, dejó Bohemia para ir a Nueva York, donde abrió una modesta joyería en Maiden Lane y comenzó la fabricación de relojes de bolsillo, de mesa y de pared. Pero a mediados del siglo XX los descendientes de Bulova volvieron a Europa para proveerse de calibres Unitas, que se llevaban para montarlos en los relojes que fabricaban en Estados Unidos. A principios del XXI he hecho volver a Europa algunos de esos relojes, ya que la firma norteamericana fundada por un inmigrante checo, firmaba un par de versiones del Unitas 6497 que todavía no están en mi caja…

Pero mientras los proyectos Bulova ya estaban en marcha, Javier hizo acopio de fornituras que tenía sobre la mesa, limpió un calibre 16AB y lo montó en una caja para la que adaptó un plexi abombado que le sienta de maravilla y en la que colocó una esfera azul, sobrante de otro proyecto relojero que se está cociendo en el atelier de Epicuro150,… Yo sólo le he colocado una correa de piel de avestruz azul marino…


La firma estadounidense empleaba calibres Unitas básicos para su segunda marca, Caravelle, pero los que he visto en relojes firmados por Bulova son excepcionales. A pesar de su apariencia, poco tienen que ver con el humilde 6497 habitual


La idea de Javier de colocar un plexi abombado otorga al conjunto un aire de originalidad, igual que su color azul, poco habitual en las esferas de este tipo de relojes.


La caja es de 43 mm; la corona, pese a ser grande, es de cebolla y no incrementa en exceso el diámetro; el color azul es tan oscuro que se muestra muy discreto,… se trata de un reloj muy versátil