Os cuento:
Resulta que un amigo decidió cambiar de coche (no diré marca y modelo).
Pues el coche se lo dieron en noviembre. Hasta ahora todo bien y encantado.
El problema fue cuando notó que el maletero no cerraba bien. Fue al concesionario y le comentaron:
"Tiene usted toda la razón y nos consta que en este modelo es álgo lógico", así que dejó el coche para reparar. En tres días lo tenía perfecto, por lo que mi amigo comentó: "Que gran servicio Técnico tiene la marca".
Entró en webs especializadas de la marca en cuestión y vió que otros usuarios también tenían problemas con ese modelo. A parte del maletero, problemas en las llantas (hacía ruidos raros), la dirección no era todo lo fina que debería ser, consumo elevado de aceite (decían que era por ser nuevo el vehículo), y otras más...
Mi amigo volvió a llevar el coche al taller, y todo se lo arreglaron. Volvió a opinar: "Que gran servicio Técnico tiene la marca"...
Lo mejor de todo, es que todos los que tenían problemas con ese coche, opinaban lo mismo: que el Servicio Técnico era de primera...
Pero otro dijo lo siguiente: ¿No hubiera sido mejor que el producto fuera perfecto y no tirar tanto de taller?
A lo que voy y lo que digo es lo siguiente:
¿Producto bueno? o ¿Servicio Técnico bueno?
Mi amigo ahora está "acojonado" por lo siguiente que pueda surgirle en el vehículo, pero muy tranquilo porque sabe que el taller responde.