Fredrik Colting, un investigador sueco, ha saltado a las páginas de los periódicos por ser el creador de un curioso artilugio: Tikker, un reloj que, además de marcar la hora, indica a su poseedor del tiempo que le queda de vida.
Para ello, el comprador de este peculiar reloj ha de responder a un cuestionario previo con preguntas referentes a los hábitos de consumo, el ejercicio físico que practica, su peso y su historial médico y familiar. Con los datos recogidos, Tikker elabora una predicción de tiempo y establece una cuenta atrás.
El precio de este 'reloj de la muerte' es de 43 euros, y su autor espera recaudar cerca de 18.000 euros antes del 1 de noviembre en una web de crowfunding, en la que junto a un diseñador (Gustaf Wolling) y una experta en marketing (Rebecca DeRosa) forma el 'Tikker Team'.
Aprovechar cada momento
La razón por la que Colting creó Tikker se la dio la muerte de su abuelo, momento a partir del cual comprendió que tenía que disfrutar de la vida: "La idea de desarrollar este experimento me vino después de la muerte de abuelo, quien me hizo reflexionar sobre la caducidad de la vida y me hizo entender la importancia de disfrutar de cada momento", declaró al periódico británico Daily Express.
"La vida de cada uno de nosotros no tiene una fecha de caducidad y aunque se tienda a evitar el argumento, la muerte no es una sorpresa para ninguno y aunque no es negociable, la vida sí lo es. Es por esto que tenemos que aprender a amarla y a aprovechar cada momento, siguiendo nuestro corazón", asegura el sueco.
Video explicatio (inlglés)