perrunos
18/06/12, 17:51
Buenas a todos,
Ingreso en el foro después de diversos avatares. En mi caso, nunca me había preocupado ni seducido el tema de los relojes, hasta que sufri la pérdida de uno maravilloso.
Como muchas cosas en la vida, uno no aprecia lo que tiene hasta que lo pierde. En mi caso, un Breitling Chronomat Evolution de 2001, regalo de mi padre por terminar una carrera universitaria bastante dura.
Fue una pérdida impuesta porque algún amigo de lo ajeno lo sustrajo de mi mesilla de noche en las mejores vacaciones que recuerdo. Una pena; una gran pérdida; pero no una tragedia. Tras el robo, investigué, denuncié, y descubrí lo fantástico que era. El seguro compensó parte del daño, pero en mi muñeca ya no hay un Breitling, ni similar.
Han pasado dos años y tras un par de relojes competentes, pero modestos, creo que esto me va. Me gustan estas maravillas.
En cierto representan una conquista para el ser humano, que no pudo avanzar sin resolver el problema de la medida del tiempo. Quizá, mi afición proviene tanto por el robo de mi "tesoro"como de una visita al museo del tiempo en Greenwich. Allí cobré conciencia de lo importante que ha sido el desarrollo de los relojes, desde los de arena hasta el reloj atómico, para el desarrollo de nuestra civilización.
No soy un hardcore; no soy un experto; sólo un aficionado.
Pero con mis propias ideas y criterios.
Un saludo a todos los foreros.
José Ignacio
Ingreso en el foro después de diversos avatares. En mi caso, nunca me había preocupado ni seducido el tema de los relojes, hasta que sufri la pérdida de uno maravilloso.
Como muchas cosas en la vida, uno no aprecia lo que tiene hasta que lo pierde. En mi caso, un Breitling Chronomat Evolution de 2001, regalo de mi padre por terminar una carrera universitaria bastante dura.
Fue una pérdida impuesta porque algún amigo de lo ajeno lo sustrajo de mi mesilla de noche en las mejores vacaciones que recuerdo. Una pena; una gran pérdida; pero no una tragedia. Tras el robo, investigué, denuncié, y descubrí lo fantástico que era. El seguro compensó parte del daño, pero en mi muñeca ya no hay un Breitling, ni similar.
Han pasado dos años y tras un par de relojes competentes, pero modestos, creo que esto me va. Me gustan estas maravillas.
En cierto representan una conquista para el ser humano, que no pudo avanzar sin resolver el problema de la medida del tiempo. Quizá, mi afición proviene tanto por el robo de mi "tesoro"como de una visita al museo del tiempo en Greenwich. Allí cobré conciencia de lo importante que ha sido el desarrollo de los relojes, desde los de arena hasta el reloj atómico, para el desarrollo de nuestra civilización.
No soy un hardcore; no soy un experto; sólo un aficionado.
Pero con mis propias ideas y criterios.
Un saludo a todos los foreros.
José Ignacio