No me compraré jamás un reloj que no me guste. Hay muchos relojes que no me gustan. Por ejemplo: todos los cuarzos. Tampoco me compraría un reloj de segunda mano destrozado por el uso de su primer propietario. O un reloj lleno de brillantes. O un reloj de más de 45 mm de diámetro. Todos los relojes inequívocamente femeninos. Etc.